La Canasta Solidaria vuelve a Motril con el reto de alcanzar 400 encestes para ayudar a Jesús Abandonado

La nueva edición de este evento benéfico se celebrará el 23 de diciembre en la Plaza de la Aurora de 19:00 a 21:00 horas, donde cada canasta anotada se convertirá en un donativo de 15 euros para Jesús Abandonado.

 

La Plaza de la Aurora se convertirá, este 23 de diciembre, en el epicentro de la solidaridad motrileña con la celebración de una nueva edición de la Canasta Solidaria, una iniciativa impulsada por la Fundación Miguel García y el Club de Baloncesto Costa Tropical, y presentada hoy en rueda de prensa por el teniente de alcalde de Deportes, Daniel Ortega Moreno, junto con Fran García, responsable de la Fundación Miguel García; Jesús Bustos, presidente del CBCM; Mateo Espinosa, director del Área de Negocio de CaixaBank; Joaquín Bustos, representante de la Asociación Socio-Benéfica Virgen de la Cabeza «Jesús Abandonado»; y David Jiménez Maldonado, director ejecutivo de Dempo.

Durante dos horas, entre las 19:00 y 21:00 horas, cada persona que enceste un balón transformará su canasta en un donativo de 15 euros, que irá íntegramente destinado a la Asociación Jesús Abandonado. Por supuesto, puede participar cualquier persona e intentarlo las veces que sean necesarias. Para esta edición se ha propuesto un reto muy especial: alcanzar las 400 canastas, lo que supondría reunir 6.000€ para ayudar a las personas que más lo necesitan en estas fechas.

Fran García ha explicado el funcionamiento de la actividad y ha subrayado el carácter profundamente humano de la iniciativa: “Cada canasta es un gesto de esperanza. No se trata solo de encestar un balón, sino de transformar ese pequeño movimiento en una ayuda real para quienes atraviesan momentos muy difíciles. Este año nos marcamos el reto de llegar a las 400 canastas y estoy seguro de que Motril volverá a demostrar su enorme corazón”.

El edil de Deportes ha resaltado la importancia de que Motril vuelva a volcarse con este evento que es ya tradición de la ciudad: “la Canasta Solidaria es uno de esos días en los que el deporte deja de ser solo deporte y se convierte en una herramienta poderosa para cambiar vidas. Quiero agradecer a la Fundación Miguel García, al CBCM y a todas las entidades colaboradoras su compromiso constante. Motril es una ciudad solidaria y volverá a demostrarlo. Estoy convencido de que alcanzaremos el reto, porque cuando Motril se une, nada queda lejos”.

Por su parte, Jesús Bustos ha hecho hincapié en el valor social del proyecto, añadiendo que “esta iniciativa nació para dar un paso más, para devolver emoción, ilusión y fe a personas que lo están pasando mal, a quienes les falta algo tan básico como un plato de comida. Cada canasta es una chispa de esperanza para alguien que la necesita”.

Mateo Espinosa, desde la Fundación CaixaBank, ha mostrado su gratitud por poder seguir formando parte del proyecto, asegurando que “para nosotros es un orgullo colaborar un año más. Pero también queremos lanzar un mensaje: la solidaridad no debe quedarse en un único día. Todos, a nivel personal, debemos intentar ayudar durante todo el año y devolverle a la sociedad lo que la sociedad nos da. Ese es el verdadero sentido de iniciativas como esta”.

Desde la Asociación Jesús Abandonado, Joaquín ha agradecido “a todos los que hacen posible esta actividad, subrayando la ayuda de CaixaBank, que lleva más de diez años apoyándonos incansablemente. También a los voluntarios, que son el alma de Jesús Abandonado y permiten que sigamos ayudando cada día a tantas personas”.

Por último, desde Dempo, empresa que colabora por primera vez, han querido transmitir su entusiasmo: “Es nuestro primer año participando y estamos encantados de poner nuestro granito de arena. Animamos a toda la ciudadanía a acudir a la Plaza de la Aurora y ayudarnos a lograr ese reto de 400 canastas. Entre todos, podemos hacerlo posible”.

La Canasta Solidaria se ha convertido en una de las citas más emotivas previas a la Navidad en Motril, uniendo deporte, comunidad y solidaridad en un mismo acto. El 23 de diciembre, cada enceste volverá a convertirse en un símbolo de apoyo para quienes más lo necesitan.

 

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