El genial artista motrileño Antonio Esteban Lirola, fallecido el pasado año, tiene desde este lunes una placa de reconocimiento a toda una vida dedicada al arte junto al mítico cine Coliseo Viñas, en el que tantos carteles suyos anunciaron lo mejor del séptimo arte.
La alcaldesa de Motril, Flor Almón, junto al primer teniente de alcalde Antonio Escámez, la esposa del artista, Carmen, su hermana Teresa, sus hijas Ana, Chío y Reyes, nietos y otros familiares han descubierto la placa que el Ayuntamiento ha instalado en la calle Mainavas, lugar donde estuvieron colgados sus carteles de cine en el Coliseo Viñas y en donde vivió durante algunos años Antonio Esteban Lirola.
Almón se ha mostrado orgullosa por poder rendir homenaje a Antonio Esteban Lirola junto a su familia, “motrileños de los pies a la cabeza, personas que demuestran su amor por la ciudad a lo que se suma el gran talento que Antonio tenía”.
“Por encima del talento, sea artístico o en cualquier otro aspecto de la vida, prima siempre la persona, su calidad humana. La presencia de tanta gente hoy aquí denota esa altura y esa calidad que tuvo, y que sigue teniendo. Las personas no se van hasta que las olvida el último, y aquí vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que no se olvide su figura como artista y como motrileño”, ha afirmado la alcaldesa.Ana Esteban ha agradecido al Ayuntamiento de Motril y a todas aquellas personas que han hecho posible este homenaje a Antonio Esteban Lirola “en una calle tan emblemática para él, puesto que comenzó haciendo sus primeros carteles de cine para el Coliseo Viñas”.
“Fue en el Coliseo Viñas donde surgió su auténtico amor por el cine. Mi padre fue un motrileño de la cabeza a los pies y ha llevado el nombre de Motril allá donde ha ido, incluso en sus múltiples obras de teatro el nombre de nuestra ciudad ha estado presente de alguna forma”, ha subrayado Esteban, quien ha tenido unas emocionadas palabras para su padre. “Ahora que estas ahí arriba, continúa pintando. Todos los motrileños y las personas que te han conocido te queremos”.
Antonio Esteban Lirola es una figura clave para comprender el arte y la cultura cinematográfica y teatral de Motril en los últimos 50 años.
Desde muy pequeño se despertó su amor por el cine y esto le empujó a querer estar lo más cerca posible de las estrellas del séptimo arte y de todo lo que rodeaba al celuloide y al mundo de la actuación.
Comenzó a pintar sobre unas pizarras y posteriormente a través de cientos y cientos de carteleras que adornaron, con las estrellas y galanes de la época dorada, el teatro y el cine de Motril.
Adaptándose a la temática de la película y a lo que ésta requería, pintó, siempre a mano, y con una gran técnica, miles de carteles, convirtiéndose en un reclamo excepcional para los espectadores y en una imagen habitual del Teatro Calderón y del Coliseo Viñas.
Dentro de los carteles que Antonio Esteban Lirola realizó tiene un apartado muy importante el cine mudo: El lazarillo de Tormes de Florián Rey, La Casa de la Troya de Pérez Lugín, Ethel fue mujer ingenua de Alfonso Benaboides, oLos claveles de la virgen de Florián Rey.
Personajes como Rocío Jurado, Sara Montiel, Imperio Argentina, Carmen Sevilla, Lola Flores, y un largo etcétera, se convirtieron en imágenes de esa cartelería de antes, de precioso diseño y con una tipografía reconocible y fundamental para entenderlos.
Su casa es un museo de la historia del cine en Motril, en donde los carteles, las claquetas, los rollos, las fotografías, los proyectores, diversas cartas de productora, nóminas de la época, y miles de programillas se entremezclan con recuerdos familiares.
Este magnífico artista motrileño también pintó en numerosas ocasiones los carteles de ferias, Semana Santa u otras fiestas de Motril, así como para otros pueblos de la comarca granadina como Padul, Órgiva o Salobreña.
Colaborador de la radio y la televisión de nuestra ciudad, su experiencia, humor y recuerdos eran reflejó vivo de la historia de Motril.
A todo esto, se suma su experiencia como actor, director y guionista del Grupo de Teatro Cañadú, con el que se subió innumerables veces a las tablas del Calderón para presentar obras donde lo motrileño siempre estaba presente, llegando a actuar incluso en el escenario del Teatro Isabel La Católica de Granada.
A su faceta artística, en la que también destaca su trabajo como decorador con taller propio, se suma la de escritor, con tres libros publicados en los que combinaba la historia de Motril y sus vivencias personales con el amor por séptimo arte.
Enamorado del cine, del teatro, de su familia y de Motril, su marcha supuso una gran pérdida para el mundo de la cultura de nuestra ciudad.
“Por eso, desde el Ayuntamiento queremos agradecer su labor de difusión de la cultura con mayúsculas con esta distinción honorífica”, ha argumentado la alcaldesa, Flor Almón, para concluir.